Mg. Héctor Kemper
Psicólogo Psicoterapeuta
¿Por que tenemos que ocultarlo si así nos sentimos?
Un día se me acerco a la consulta un joven quien había
postulado a la Universidad en varios intentos sin lograrlo y menciono: “doctor
tengo un problema cada vez que me siento triste por algún motivo y tengo ganas
de llorar, en lugar de llorar, comienzo a reír, reír, como un tonto”. Hay
personas que ante una situación dolorosa no tienen la facilidad para
exteriorizar sus sentimientos, los han educado, sobre todo a los hombres, para
que oculten sus sentimientos, para que contengan sus emociones y no se inmuten
ante nada. Como en el caso que menciono, en la exploración el joven narraba: “me
parece escuchar a mi padre que me decía ¡No
llores! ¡Los hombres no lloran! ¡El llorar es de cobardes!”.
¿Qué de malo tiene
expresar el dolor cuando se sufre la pérdida de un ser querido o algo que se
quiere?
A esto se le conoce como duelo, la persona esta de duelo, en el duelo hay una perdida, la perdida produce tristeza entre otros síntomas. Nada más perjudicial
para la salud psicológica cuando no se expresa con palabras los afectos dolorosos
que se siente, lo que se sufre en la psique, allá dentro. Lo saludable es que el individuo exprese sus
pensamientos y sentimientos de esta manera los demás sabrán si se siente triste
o contento es un asunto de salud mental básica. Además, es así, como el
afecto se socializa y puede ser elaborado con la ayuda del especialista en
salud mental, porque con las emociones no se juega. Por ejemplo la pérdida de un ser querido tiene un fuerte impacto
emocional en el doliente, es psicológicamente traumático, algo parecido a
una severa herida o quemadura, por lo
que siempre es dolorosa, sufriente y recurrente. Se necesita un tiempo porque
las heridas emocionales demoran en desvanecerse.
El duelo es un proceso psicológico normal donde se vivencia
un estado de pensamiento, sentimiento y conducta que se produce como
consecuencia de una perdida, no solo por el fallecimiento, sino también por la
separación de los cónyuges, divorcio, perdida de un empleo, quiebra de un negocio o derrumbe de
un ideal. Se presentan síntomas físicos como emocionales. La persona en duelo
lo manifiesta a través de pensamiento:
confuso, incredulidad por la pérdida, presencia del fallecido cree verlo.
Sentimiento de tristeza, añoranza por el ser querido, soledad siente un vacío
afectivo y culpa. Conductas como trastorno del apetito, sueño con el fallecido,
inhibición social y llanto.
El duelo no se debe interrumpir donde después del dolor por
la perdida, hay que resignarse, aceptar la realidad de los hechos, para luego
dirigir la energía de amar hacia otro objeto o situación, de esta forma se
restablece el equilibrio emocional. Un indicador de que el duelo ha terminado
bien podría ser, el hablar de la persona desaparecida sin dolor. Si pasan
varios meses y esto no sucede es mejor que consulte a su psicólogo psicoterapeuta antes que se agrave el caso con el riesgo de
que se convierta en una depresión clínica, cuadro psicopatológico que
trataremos en su oportunidad.
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